Libros — 31 de mayo de 2015 at 22:00

«Kafka y la muñeca viajera, de Jordi Sierra i Fabra

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¿Es un cuento, un relato, para niños, para mayores? La definición, supongo que viene con la interpretación del lector. Personalmente creo que es un cuento para adultos, aunque no habría que descartarlo para niños con cierta madurez. En todo caso, esta muñeca viajera de Kafka contada por Jordi Sierra I Fabra es una historia hermosa y tan tierna como Elsi, la niña que Kafka encuentra en un parque llorando desconsoladamente porque ha perdido a su muñeca Brígida.

Es una historia real que le ocurría al autor de La metamorfosis poco antes de morir, enfermo de tuberculosis y que, al parecer, dio a conocer Dora Dymant, la mujer con la que compartía entonces su vida.

A Kafka le desarma tanto ese llanto infantil que se inventa una razón que justifique tan traumática desaparición y que además pueda ser creíble a los oídos de la niña: su muñeca se ha ido de viaje y no por ello ha dejado de quererla. Kafka da en el clavo y se enreda tanto en la explicación que acaba convenciendo a Elsi de que él es un «cartero de muñecas» y se ofrece para entregarle en mano, al día siguiente, una misiva de su muñeca.

La idea es inmensamente tierna. Deja al lector conmovido, poniéndose en la situación de la niña que está escuchando semejante historia. Elsi, más que creerle, quiere creerle y allí está al día siguiente, en el parque, para su cita con un cartero tan particular.

El problema crece cuando Kafka –que parecía desconocer la mente infantil– se siente obligado a continuar ese extraño correo postal, que mantendrá durante trece días. Dos semanas en las que el escritor se entrega en cuerpo y alma a la hora de redactar esas cartas que Jordi Sierra I Fabra ha inventado para crear esta preciosa historia.

Seguiría contando más sobre ella, pero supondría destrozar la belleza del final de este breve relato –se lee de una sentada– en el que el autor –no Kafka–, intenta describirnos los esfuerzos que Elsi tiene que hacer para convertirse en algo parecido a un adulto a marchas forzadas.

Desconocía que esta historia era real. Por eso, eleva la emoción de quien la lee según se avanza por las páginas de Jordi Sierra que, al parecer, se sintió igual de conmovido al saber de estos hechos y no pudo resistirse a la tentación de plasmarlos en un libro. Lógico.

Nunca más se supo de la niña, del contenido real de las cartas mágicas de la muñeca Brígida… Hasta el momento parecen ser un misterio, pero… qué misterio tan bonito. De verdad, este cuento o relato, a gusto del lector, me ha cautivado profundamente.

Cortesía de «El club de lectura El Libro Durmiente» www.ellibrodurmiente.org

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