Filosofía — 1 de marzo de 2007 at 01:25

Revolución en los márgenes de la miseria

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abate_pierre2.jpgHomenaje a Abate Pierre


Su nombre era Henri Antoine Grouès, pero se le conocía como ‘abate Pierre’, fundador de la Compañía de Emaús y
trabajador incansable a favor de los derechos de las personas sin hogar. El pasado 22 de enero murió en París de una infección pulmonar. Su lema: “Dar de comer antes que evangelizar”, le convirtió en la persona más respetada por los franceses y la más popular tras la muerte de Jacques Cousteau.

Nació en Lyon (Francia) el 5 de agosto de 1912. Ya desde niño afirmaba: “De mayor seré misionero, marino o bandido”.A los quince años, tras un viaje escolar a Roma, descubrió una ardiente fe en Francisco de Asís. Desde joven dio signos de una gran rebeldía, como renunciar a su parte del rico patrimonio familiar y donarlo a diversas órdenes de caridad. Años después entró en la orden de los Capuchinos y se ordenó sacerdote en 1938. Toda su vida fue una solitaria carrera de fondo contra las injusticias y la miseria.

DE LA LUCHA EN LA RESISTENCIA A LA LUCHA CONTRA LA MISERIA

Durante la ocupación alemana en Francia en la Segunda Guerra Mundial se convirtió en uno de los organizadores de la Resistencia. Combatió como resistente contra el ejército nazi de ocupación y se salvó del pelotón de ejecución para debatirse entre la vida y la muerte, enfermo, en un hospital de campaña. Ayudó a numerosos judíos a escapar con documentos falsos hacia Suiza. “Personalmente no maté a nadie, pero participé con todas mis energías en crear la red que permitía abastecer de alimentos, medicamentos y municiones a los grupos armados de la Resistencia” comentó alguna vez.

Tras la guerra, decide conservar su nombre de resistente, ‘abate Pierre’, y se lanza a la política. Es elegido diputado, pero, marcado por la gran miseria que reina en esos años de posguerra, sus energías se vuelcan prioritariamente en la ayuda a los más pobres. En 1949 funda el Movimiento de los Compañeros (o Traperos) de Emaús, comunidades que pretendían ayudar a la inserción de los más desfavorecidos, y que ahora tienen albergues en 50 países del mundo.

Los Traperos de Emaús nacieron de su asociación con un ex presidiario, que fue el primer compañero del Movimiento.

Georges era un hombre acusado de homicidio y puesto en libertad, que sólo pensaba en cómo y cuando suicidarse. El abate le dijo: “Eres libre de suicidarte si quieres, pero antes de hacerlo, ¿por qué no me ayudas a montar una casa para los desesperados, para la gente sin techo, sin trabajo? Le siguieron muchos otros… ladrones, pobres de misericordia, expresidiarios, alcohólicos desahuciados… Uno a uno fue rodeándose de un grupo de hombres y mujeres que en la absoluta soledad de su condición de marginados encontraban una razón para vivir, trabajar y construir juntos la aventura de un movimiento solidario de apoyo inmediato a los más necesitados.

LA “INSURRECCIÓN DE LA BONDAD”

Y en 1954, durante un invierno terrible, lanza su famoso llamado a través de Radio Luxemburgo invitando a los franceses a una “insurrección de la bondad”. El detonante fue la muerte por frío de una mujer en París, expulsada dos días antes de su domicilio. Y el resultado fue una ola de solidaridad ciudadana y un “plan de urgencia” del gobierno para construir 12.000 alojamientos de primera necesidad.

Es un llamado que conmueve al país y que genera importantes ayudas. Su generosidad, su desinterés, su entusiasmo contagioso, le convierten desde entonces en el personaje más querido de Francia. La radio, la televisión, las tribunas políticas, todo lugar es bueno para tomar la palabra. Hasta los 94 años, el abate Pierre nunca bajó los brazos.

Cuarenta años más tarde de su primer discurso, en la misma radio, un abad Pierre disminuido por el reumatismo y la vejez, pero con la misma capacidad para “indignarse”, algo que según él nunca había que perder, volvió a pedir a los franceses que se despertasen para luchar contra la nueva miseria: la de las personas con trabajos precarios.

Entre los años 1954 y 2007 el abate Pierre estuvo al frente de todas las insurrecciones morales, en defensa de los pobres.

Las víctimas de Biafra, los “boat people” de Vietnam, las guerras étnicas africanas, la descomposición de los Balcanes, los sin techo, los inmigrantes desesperados, las familias sin hogar, los ex presidiarios, los fuera de la ley…, todos encontraron en los Traperos de Emaús el hogar donde rehacer sus vidas.

En 1992 fue nombrado Gran Oficial de la Legión de Honor francesa, aunque en 2001 se negó a llevarla para protestar contra el rechazo del Gobierno a proporcionar alojamiento a los sin techo cediéndoles viviendas vacías. En 2004, se le elevó la condecoración a Gran Cruz de la Legión de Honor.

Vaya desde aquí nuestro reconocimiento al abate Pierre, a quien el mundo entero recordará como el hombre que se rebeló contra la pobreza de la manera más directa posible: con su propio ejemplo.

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