Sociedad — 1 de abril de 2013 at 00:00

¿Arte de la guerra o arte de vivir?

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¿A quién no le gustaría tener un manual para saber elegir el camino adecuado en las encrucijadas que nos plantea la vida? Al parecer, manuales de este tipo sí existen, algunos muy antiguos; solamente hay que saber cómo extraer sus enseñanzas para aplicarlas a los tiempos modernos, aunque aparentemente traten de temas tan alejados como el arte de la guerra.

Cuando la sabiduría se manifiesta, a menudo lo hace de forma paradójica. No es un conocimiento del todo teórico, pero tampoco del todo práctico. La eficiencia de la sabiduría se manifiesta en que tomamos conciencia de ella inesperadamente, siempre acaba por sorprendernos. Hay importantes verdades expresadas en historias aparentemente sencillas. Actos tan cotidianos como dar vida, construir una casa o hacer la guerra han servido de metáforas para expresar profundas enseñanzas atemporales. Su validez radica en que volvemos a ellas una y otra vez, cuando las modas no nos satisfacen.
Parece que el famoso tratado El arte de la guerra de Sun Tzu forma parte de esa tradición sapiencial. Aparenta ser un libro que recoge los conocimientos militares de un clan de la antigua China, al que pertenecía Sun Tzu. Aunque nos habla de estrategia, parece que el asunto bélico no agota todas sus posibilidades, y pronto, empezamos a percibir entre líneas otra cosa muy distinta, como si hubiera un segundo nivel de lectura superpuesto. En un estilo conciso y poético a la vez, el Sun Tzu (para abreviar) nos habla de la importancia de los generales, que las tropas han de tener estas u otras características, las estrategias de ataque y lo esencial del espionaje. Todo lo que uno puede esperar de un tratado sobre la guerra. Aunque también tiene capítulos tan sugerentes como «lo lleno y lo vacío», «las nueve transformaciones»… Hasta aquí, todo normal, cosas de chinos.
Pero ¿qué pasaría si donde el texto pone «el general» uno lo traduce, por ejemplo, por «gerente» o «profesor» o «padres»? ¿O si donde se hace mención al «terreno», se cambia por «familia», «empresa» o «comunidad de vecinos», por ejemplo? Aquí aparece lo sorprendente y la novedad del enfoque de esta nueva versión de este milenario libro.
El Grupo DEMNA reúne a un conjunto de estudiosos y especialistas en la antigua China y sus tratados militares. Lo que nos han ofrecido es una nueva traducción, considerada como una de las más rigurosas y fieles al original hasta la fecha. Lo que queremos destacar aquí es que cada vez parece más claro que sus enseñanzas sirven no solo para un militar, sino para cualquier persona que viva una situación conflictiva. Porque el mensaje fundamental que quiere transmitirnos el Sun Tzu es saber cómo manejamos el conflicto, cómo nos enfrentamos a situaciones caóticas, cómo gestionamos la incertidumbre; en fin, cómo afrontamos una crisis, de la naturaleza que sea. Y el arte que nos quiere enseñar Sun Tzu (o quien quiera que fuere este misterioso personaje) es más un arte de vivir y de afrontar la adversidad de una forma creativa, tratando de captar su naturaleza profunda.

Vivir y afrontar la adversidad
Nadie negará que vivir no es precisamente una tarea fácil, que nos manejamos en ella con bastante inseguridad, que muchas veces carecemos de la información necesaria para tomar las decisiones más convenientes, y que solemos equivocarnos a menudo. En ocasiones, fracasamos porque no hemos reflexionado seriamente sobre la naturaleza del conflicto, que es la raíz misma de muchas situaciones cotidianas que debemos experimentar, o porque no queremos aceptar que hay que enfrentarse con algo o con alguien que obstaculiza nuestro camino. Si queremos avanzar o sacar adelante cualquier empresa o idea, tendremos que afrontar tarde o temprano la resistencia del entorno, opositores que nos ponen trabas, la incertidumbre o directamente el caos de las muchas posibilidades que se nos abren en cada decisión que tomamos.
Es como si el Sun Tzu nos intentara sugerir que detrás del caos y la adversidad existe un sutil patrón que debemos captar. Y que el verlo o no verlo dependerá de lo limpia y serena que esté nuestra mente, de lo tranquilo que tengamos nuestro ánimo y de lo que conozcamos tanto del terreno en que nos movemos como de nosotros mismos, en la medida en que somos actores principales. En uno de sus capítulos nos dice: «Conocer al otro y conocerse a sí mismo es luchar cien batallas sin correr peligro. No conocer al otro y conocerse a sí mismo es victoria por derrota. No conocer al otro y no conocerse a sí mismo es la derrota segura en toda batalla». Perdonen que les diga, pero a mí esto me suena a filosofía, más que a estrategia. A no ser que aceptemos que toda estrategia es una filosofía puesta en práctica, y que la filosofía no se puede vivir si uno no la vive de una forma inteligente, o sea, estratégica.
Si unimos el «Conócete a ti mismo» délfico con lo que nos dijo Heráclito de que «La guerra es la madre de todas las cosas», ¿no estamos, acaso, ante conceptos similares?, dentro del escaso conocimiento que tenemos de nuestro pasado filosófico. ¿No será que sentimos la necesidad de que se nos cuente esta historia una y otra vez? Que la vida es conflicto, esfuerzo y confrontación, y que la armonía lo será en la medida en que se equilibren las terribles dualidades y contradicciones en las que nos vemos a menudo envueltos y que hallamos tanto en nosotros mismos como en lo que nos rodea.

Una herramienta para la batalla de la vida
Este libro tiene el valor añadido de la excelente introducción, y de tres ensayos donde se reflexiona profundamente sobre la filosofía que impregna el llamado «arte de la guerra», que nosotros podríamos adaptar como «el arte de vivir en conflicto». Porque tras terminar su lectura, he tenido la fuerte sensación de que Sun Tzu nos ha entregado herramientas valiosas para afrontar cada cual la batalla de su vida.
Recomiendo también otro libro que es continuación y complemento del que venimos hablando. Se trata de Las reglas de la victoria. Cómo transformar el caos y el conflicto, pues varios de los miembros del Grupo DEMNA se han dedicado a organizar seminarios en los que aplicaron algunas de las enseñanzas del Sun Tzu relacionadas con el liderazgo, los elementos del conflicto allá donde se presente y la importancia de poner en práctica reglas milenarias que todavía siguen siendo eficaces. No es ningún extraño misticismo oriental de lo que hablamos, sino de conocimientos que nos pueden ayudar a afrontar pequeños conflictos cotidianos de los cuales somos partícipes o víctimas.
Merece la pena dedicar un poco de tiempo a revisar la pequeña circunstancia de nuestra vida a la luz de estas enseñanzas milenarias de probada eficacia. Llegaremos a la conclusión de que nuestra diminuta parcela ni lo es tanto, ni está tan desconectada de los humildes esfuerzos por salir adelante que observamos en nuestros semejantes. Cada cual lleva su guerra como puede, y no viene nunca mal una ayuda, aunque haya sido escrita por un chino misterioso de hace más de 2500 años. ¿No será que esa íntima búsqueda de la felicidad es, en realidad, un secreto anhelo también de victoria?
«Si un hombre conquista en la batalla mil veces mil hombres, y otro se conquista a sí mismo, este es el más grande entre los conquistadores» (Buda, Dhammpada).

– El arte de la guerra. Sun Tzu. Versión, estudio y notas del GRUPO DEMNA. Editorial EDAF, 2008.
– Las reglas de la victoria. Cómo transformar el caos y el conflicto. James Gimian y Barry Boyce. Editorial EDAF, 2008

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